La resina dental, también conocida como empaste dental, es un recurso que los odontólogos emplean para ofrecer una solución funcional y estética cuando un diente está roto, astillado o deteriorado. Este material se suele emplear para restaurar dientes picados tras eliminar una caries. Asimismo, es una alternativa ideal cuando se tiene que cambiar la forma o el tamaño de un diente. Este trabajo se desarrolla mediante el uso de carillas de resina porque se adaptan perfectamente a la pieza ofreciendo una restauración natural y estética perfecta. Por tanto, esta solución se configura como una herramienta más para evitar los problemas de salud bucodental derivados del deterioro de los dientes.

Todo lo que debe de saber sobre la resina dental

• El tratamiento con resina dental o empaste dental tiene fecha de caducidad. En este sentido, tras la aplicación de esta resina a la pieza dañada puede conservar su funcionalidad, aproximadamente, entre 5 y 7 años. No obstante, si se hacen revisiones periódicas o se cuida con mantenimientos o pulido de las piezas su durabilidad puede ser mayor.
• La forma más básica para cuidar el empaste dental es la limpieza y la higiene diaria. Sin embargo, es muy importante realizar una limpieza una vez al año en la clínica dental. Este procedimiento realizado por un especialista le garantizará un cuidado correcto de la pieza o las piezas dentales que se hayan restaurado.
• La resina dental se adapta al color del diente que se tenga que restaurar. Por esta razón, una resina dental siempre mantiene el aspecto natural del diente. Y, en este sentido, se configura como una solución estética de las más demandas por sus resultados y su adaptabilidad.
• Las características de este material hace que se adapte perfectamente a la superficie de los dientes. De esta forma, la aplicación para corregir cualquier desnivel o deterioro en los dientes es, realmente, sencillo. Esta versatilidad permite que la resina dental sea un material que se pueda colocar tanto en los dientes frontales como en las muelas.
• La aplicación de este material evita utilizar elementos que contengan materiales como el mercurio. Y, además, la colación de este material en los dientes es fácil y sencillo. Es decir, no requiere un tratamiento que pueda resultar pesado o incómodo para el paciente.
• El procedimiento es muy sencillo. Se talla el diente para adherir la resina. Se aplica sobre la pieza dental y se modela según el tamaño y la forma que requiera la pieza dental. Se endurece con luz ultravioleta y, finalmente, se limpia y se pule para que la apariencia sea perfecta.

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